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Exposición: Es resistente a la escasa iluminación de las viviendas. Aunque si tiene más, mejor, estará más fuerte.
Clima: La floración dura desde la primavera al comienzo del otoño.
Riego: En verano se riega 3-4 veces por semana y cada 4-5 días durante el resto del año. Pulveriza con agua las hojas; especialmente en verano y también si está en un cuarto con calefacción. La sequedad del aire las estropea.
Abono: Echar un poco de fertilizante líquido disuelto en la regadera cada 10 días, desde marzo hasta octubre.
Altura: Generalmente no se suelve ver con más de 1,5 m de altura, pero en su entorno natural existen ejemplares de más de 10 m.
Exposición: Le gusta el calor y la luz.
Clima: No resiste el frío.
Riego: Por exceso de riego la planta muere con facilidad. En invierno se debe regar una vez al mes, depende del clima donde se esté desarrollando la planta, en algunos casos no debe regarse en todo el invierno.
Altura: Lo habitual es que no sobrepase 1 metro de altura.
Exposición: Es necesario imitar el hábitat natural, el cual es húmedo. Por lo que se debe tener en la sombra donde no se tenga mucha luz ni sol directo.
Riego: El riego debe ser cada 5 días sin encharcar, pero mucho menos mojar las hojas. El sustrato debe estar húmedo y en temporada de verano se requiere pulverizar con agua todos los días. Un indicio de que les falta humedad es que las hojas comienzan a enrroscarse y se ponen color marrón.
Temperatura: La temperatura no debe rebasar los 30˚ ni bajar de los 18˚.
Clima: Para cuidar el kiwi debes tener en cuenta que debe ser plantado en un clima templado. Para que sea fructífero, el árbol, además, debe estar ubicado en una zona protegida del viento.
Riego: En cuanto al riego, el árbol de kiwi necesita bastante humedad, por lo que el suelo en el que se plante debe ser fértil y garantizar un buen drenaje, pues aunque soporta largos periodos húmedo, podría acabar pudriéndose.
Poda: El árbol de kiwi requiere ser podado para que crezca con más fuerza y vigor. Elimina las ramas viejas y las hojas podridas durante la época de la poda, normalmente se hace durante el invierno, antes de que florezca el árbol.
Clima: A pesar de ser resistente a las bajas temperaturas, a la hora de plantar frambuesas tendremos que elegir un lugar soleado. Para que sus frutos puedan prosperar, la planta tendrá que estar expuesta diariamente a entre ocho y diez horas de sol directo.
Plantación: A la hora de plantar frambuesas, el momento idóneo es a mediados del invierno. Una época en la que el frío sigue estando presente pero comienza a desaparecer de manera paulatina.
Suelo: Una razón de peso para que optemos por proveer a la planta de un sustrato suelto, que evite que el agua se encharque; con un pH neutro o ligeramente ácido, pero con una máxima fundamental: que sea rico en materia orgánica.
Clima: Requiere algo de sol pero se suele cultivar en semisombra. Si los veranos son demasiado cálidos y secos, se ha de procurar algo de sombreo hacia la tarde. Se ha de proteger del viento. Si es para cultivo particular, es ideal entutorarla al lado de una tapia o seto que la proteja de los vientos predominantes de la zona si los hay.
Riego: Los acolchados y el riego por goteo son una muy buena solución para mantener la humedad del suelo, sobre todo en las horas de máxima insolación, donde la evaporación es máxima.
Suelo: La composición del suelo, puede ser muy amplia en cuanto a tolerancia pero su rango preferido está definido en el suelo franco-arcilloso.
Exposición: Los olivos aman los lugares soleados. Asegúrate de encontrar un lugar que tenga mucho sol.
Riego: Riega cuando los 2-3 cm superiores del suelo estén secos. Si está en un lugar muy soleado, tendrá que ser bastante regular. En invierno, la tierra tardará un tiempo en secarse, asegúrese de no regar en exceso, los olivos son bastante tolerantes a la sequía.